22 Oct 2008 En nombre de la risa

articulo publicado sobre el humor en el siguiente blog:
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En nombre de la risa

El concepto más joven de humor y comedia ha dejado de tener a la televisión como referencia y se ha desplazado al teatro. Ahora es allí donde nos reímos más

Por Alberto Pacheco

En los últimos años, ciertos formatos de comicidad han cobrado mayor terreno en nuestro medio. El 'stand up comedy', el claun y la improvisación (o impro) cuentan cada vez con más seguidores --sobre todo jóvenes-- que se movilizan hacia los locales y teatros donde se practican.

El actor Carlos Carlín opina: "La gente recibe lo que le dan y es responsabilidad de los que hacemos humor y de los dueños de los medios saber innovar y brindar mejores propuestas".

Con esa posición coincide Guillermo Castañeda, de 22 años y tercer puesto en el campeonato de 'stand up comedy' realizado por la escuela Ketó. Para él --que comparte sus estudios en la Universidad de San Martín con los tres años que lleva en Patacláun-- "el humor ha cambiado favorablemente. Antes el cliché del humor era 'Risas y salsa', o una vedette o la cachetada; en cambio, saber que hoy un espectáculo en el teatro se llena es bastante alentador".

Y es que estos formatos en vivo aportan una frescura que no se encontraba en las fórmulas harto conocidas de la pantalla chica.

El actor Carlos Alcántara, por su parte, cree que "en la TV, lamentablemente, el público objetivo es tan amplio que no hay mayor exigencia. La gente ve determinados programas porque la bombardean de publicidad, pero no hay afán de dar algo distinto".

Carlos Palma, de 21 años, estudiante de la Universidad de Lima y campeón nacional de 'stand up comedy', cree que el humor mediático hace una parodia de la realidad, con sus secuencias de imitaciones políticas y la de los firmes y los bambas. "El humor en vivo, en cambio, busca que el público se identifique con lo que ve o escucha en el escenario". Carlín agrega, sin embargo: "La cosa en vivo siempre va a generar mayor atracción, pero para quienes pueden pagarlo. No todo el mundo puede irse a un bar, a un teatro. La gente de sectores populares tiene que ver lo que dan en TV".

No sólo es ser chistoso

"Hace poco fui jurado en un concurso de 'stand up comedy' y los cinco finalistas no llegaban a los 25 años. Me he quedado sorprendido", señala Alcántara, quien agrega: "Hay una explosión no tan popular (no ves ningún programa de TV que dé espacio a la impro o al 'stand up') que tiene llegada. Los que se dedican a esto son Patacláun, Ketó y otros".

Razón no le falta, pues aunque no hay una gran tribuna mediática para estos formatos, cada vez más jóvenes se matriculan en cursos de claun, talleres de actuación o escuelas de impro.

En este punto, sin embargo, Carlos Carlín hace hincapié en que con la impro (que es más un ejercicio para actores) hay una distorsión. "Se han encargado de difundirlo chicos que no tienen ningún tipo de formación actoral. Y ellos se creen con el derecho de presentar un show, cobrar la entrada y hacer algo completamente escolar". Para Carlín, esto es actuar de forma algo irresponsable, pues cualquier persona que se pare en un escenario debería tener cierta preparación.

Castañeda, quien realiza principalmente impro, coincide con Carlín, aunque deja en claro que tampoco se trata de decirle 'no' a la impro. "Hay gente que sí se toma en serio el asunto. Igual es entendible: hay actores que estudian años y de pronto aparece gente sin formación que quiere hacer lo mismo", concluye.

De cualquier forma, que el público cuente con mayores opciones es siempre sinónimo de algo saludable, y todo lo saludable debería hacernos sonreír.